Mi nombre es José Molina Salazar, artista visual de 43 años de edad. Si bien nací ARTISTA, no fue hasta aproximadamente los 25 años que me di cuenta de mi verdadera vocación. Durante ese tiempo, trabajé en diversas empresas ocupando puestos de mando medio. De hecho, mi último empleo fue como administrador de una exitosa inmobiliaria en mi ciudad.
Siempre repito que «vocación» en latín significa llamado, y llegó un momento en el que ya no pude ignorar ese llamado. A pesar de la estabilidad y los beneficios económicos que mi trabajo me brindaba, sentía que había algo más en la vida, una pasión que había dejado de lado durante muchos años.
Decidí tomar un camino arriesgado y seguir mi verdadero camino por el arte. Durante los últimos 18 años, he experimentado adversidades y humillaciones relacionadas con el dinero que nunca antes había enfrentado. Sin embargo, cada una de estas dificultades me ha enseñado una valiosa lección de humildad y resiliencia.
Mi obra se inspira en el arte japonés, una cultura que admiro profundamente. Me fascina la precisión y la delicadeza en cada trazo, así como la capacidad de transmitir emociones sutiles a través de la simplicidad. En mis piezas, busco capturar la belleza y la serenidad de la naturaleza, utilizando técnicas tradicionales y elementos estéticos propios del arte nipón.
A lo largo de mi trayectoria como artista, he participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas, tanto en mi ciudad natal como en otras partes del país. Cada obra que creo es el reflejo de mi corazón y mis experiencias de vida, y es un humilde intento de transmitir emociones y conectar con el espectador de una manera única.
Reconozco que mi camino no ha sido fácil, pero estoy seguro de que cada desafío ha sido una oportunidad para crecer y aprender. A través de mi arte, he encontrado una voz propia y una manera de expresarme sin límites ni barreras. Es un privilegio poder compartir mi visión artística con el mundo y espero, humildemente, poder inspirar a otros a seguir sus sueños y escuchar su propio llamado interior.
Mi nombre es José Molina Salazar, artista visual, y cada día sigo explorando y creciendo en este apasionante viaje creativo, con la esperanza de dejar un legado artístico que trascienda y toque los corazones de quienes lo contemplen.
[22/8, 11:19 a. m.] José Molina Salazar: Mi obra se enraíza en el arte japonés, centrándome específicamente en el sumi-e. A diferencia de las técnicas de respiración y enfoque del pensamiento que suelen asociarse con la meditación, yo adopto un enfoque distinto. En lugar de prestar atención a todas esas técnicas, simplemente me sumerjo en el acto de dibujar.
Cuando me siento frente al papel, no tengo intromisión en lo que va a surgir. Es una experiencia de meditación gráfica en la que el flujo de la obra se manifiesta sin ninguna interferencia consciente. A medida que mi pincel se mueve sobre el papel, las formas y líneas cobran vida propia, revelando una composición única y evocadora.
El sumi-e, que se traduce literalmente como «tinta y pintura», se caracteriza por su simplicidad y sutileza. Utilizando solo tinta negra y agua, esta forma de arte busca capturar la esencia de su tema con la menor cantidad de trazos posible. Cada pincelada se vuelve vital y fluida, expresando tanto el vacío como la plenitud al mismo tiempo.
En mi camino como artista del sumi-e, he encontrado en esta técnica una manera única de entrar en un estado de flujo y conexión con el universo. Me siento humildemente al servicio del papel y la tinta, dejando que la obra se revele a través de mí. Es un proceso de entrega y confianza en la creatividad innata que fluye desde mi interior.
Mis obras de sumi-e representan la tranquilidad y la belleza de la naturaleza, transmitiendo una sensación de armonía y equilibrio. Cada trazo espontáneo y cada mancha de tinta se convierten en una representación visual de mi propia experiencia y percepción del mundo que me rodea.
A lo largo de mi carrera, he tenido la oportunidad de exhibir mis obras de sumi-e en galerías y espacios culturales, así como de compartir mi proceso creativo a través de talleres y charlas. Mi deseo es que, al contemplar mi arte, los espectadores sean invitados a pausar y conectarse con su propio ser interior, encontrando en la obra una fuente de calma y reflexión.
a través del arte del sumi-e, continúo explorando y descubriendo nuevos caminos de expresión. Mi deseo es seguir permitiendo que la obra aparezca y trascienda las fronteras de lo tangible, dejando una huella en el corazón y la mente de aquellos que se encuentren con ella.